¡El himno de Palestra!

Una relación amorosa constructiva es algo esencial que cultivar en nuestra juventud, amar nos hace plenos y nos comunica con uno de los regalos más hermosos que nos dio nuestro creador. Es por que consideramos importante darle la importancia que se merece a este tema profundizándolo en todos los aspectos posibles =).

Tres pilares en una relación

Las parejas deben erigir su amor sobre una superficie triangular sostenida por res patas. Nadie se atrevería a hacerlo sabiendo que una de las tres patas esta rota. La carencia o debilidad de un pilar, hará que la vida amorosa de una pareja se venga abajo tarde o temprano.

1.- Primer pilar: Intimidad emocional

Solo se da esta intimidad con una comunicación profunda.

Esta intimidad emocional es:

Confianza absoluta, complicidad (Que manifiesta o siente solidaridad o camaradería), integración, alianza.

Compartiendo sentimientos:

Hablar con el corazón, exteriorizando dudas, temores, ambiciones, sueños, preocupaciones, alegrías, penas, confesando nuestras equivocaciones, al mostrar nuestro lado oculto (desconocido por otros).

Si existe esta intimidad:

Se interpreta el lenguaje corporal, se detecta el verdadero estado de animo (desapercibido por los demás) aunque no estén las palabras en el medio, y cuando estas se usan tienen un significado especial, las riñas se disuelven en su nacimiento por que se procura no causar daño. La “verdad” es el común denominador. Los dos saben darse lugar el uno al otro, saben demostrarse aprecio y confianza sin límites, nunca ambos se sienten solos, ellos se encuentran en su universo exclusivo y cuando se alejan ambos hablan bien de su pareja.

No tener esta intimidad emocional lleva a simplemente “hacer creer a los demás que se aman” y evadirse mutuamente.

En conclusión son los novios deben ser “amigos”

Segundo pilar: Afinidad Intelectual

Las personas no somos solo “emociones” sino también “ideas”. Uno se nutre de los pensamientos del otro y esta correspondencia intelectual permite los puntos de vista complementarios.

Si no alcanzan esta estatura racional similar y este enriquecimiento mental terminaran excluyéndose uno del otro de sus actividades.

La llama del cariño se enciende con más fuego incinerador aportando ideas valiosas desapercibidas por el otro.
En la medida en que alguien se ame a si mismo podrá amar a su pareja y la autoaceptacion es un concepto que se da en la mente. Solo siendo maduro en el área intelectual es posible aceptar la individualidad e independencia del compañero, evitar los celos, el egoísmo, la posesión. Solo con el juicio sereno y claro se es capaz de perdonar, aceptar errores y estar dispuesto a permitir imperfecciones.

En el cerebro maduro nace el sentido de compañerismo y fidelidad. La moral verdadera no es producto de prejuicios sino de razonamientos inteligentes. El desarrollo espiritual también se relaciona con las ideas. Todos esos puntos deben tener correspondencia entre las dos personas.

La pareja con afinidad intelectual:

Tiene muchas cosas que compartir, lleva un ritmo de lectura similar, de estudio parecido, de trabajo creativo coincidente, se supera en armonía, crece y se ayuda en forma reciproca. Lo cual le da mas fuerza en su relación que los demás.

En conclusión si se complementan en ideas llegan a ser “colegas”.

Tercer pilar: Atracción química.

Un último vínculo es necesario para anudar el lazo, ellos deben ser capaces de llegar a ser “amantes”.
Pero para lograr este amarre no es suficiente la mera atracción física.

“Con los ojos cerrados se ve mejor”.

Podemos reconocer la belleza de una persona sin sentir ninguna atracción hacia ella. Lo que enciende el magnetismo entre dos individuos no es un fenómeno físico sino químico. Solo se da entre algunos. Tal vez no se trate de gente bonita, pero la química les permite ver mas allá de lo visible y arder con la belleza que solo ellos detectan. Cuando están cerca, ambos perciben las fuerzas magnéticas de los cuerpos que los llevan a besarse y palparse con espontaneidad y pasión.

La atracción química, como toda energía, es susceptible de transformarse en repulsión. Lo que al principio atrajo a dos cuerpos puede ser lo que los separe, si las personas no se esfuerzan por mantener su limpieza, olor agradable y buenas vibraciones.